TRIUNFAL ARRANQUE DE LA TEMPORADA 2017-18

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Cuando todavía están frescas en la memoria las intensas celebraciones de su 25ª temporada, la Sinfónica de Galicia ha inaugurado su nueva temporada con un atractivo y exigente programa en el cual Dima contrapuso dos obras de temáticas y épocas afines, pero de dimensiones y lenguajes antagónicos.

Como aliciente, pudimos disfrutar las nuevas butacas y de una adicional rehabilitación en las paredes del recinto. Y lo cierto es que ha habido una mejora en el sonido de la sala, al menos desde nuestro abono y una segunda ubicación en la zona A que probé el sábado. En mis propias tomas de sonido se observa una mayor ruido de fondo que se corresponde sin duda a una mayor reverberancia, uno de los talones de Aquiles de la sala. Esto invita al optimismo. Ojalá se puedan acometer algún día cambios en la concha acústica y poco a poco subsanar el lastre acústico de la sala, que todo hay que decirlo, no es incompatible con el disfrute de los conciertos. Como tantas veces decimos, si con esta sala la orquesta alcanza este nivel, como sería con un Concertgebouw o un Symphony Hall.

En su breve historia, que no llega al año de vida –tras permanecer más de un siglo olvidada en la Biblioteca del Conservatorio de San Petersburg-, el Canto fúnebre de Stravinsky ha experimentado una milagrosa resurrección. La presente interpretación de la OSG constituía la tercera vez que se presentaba en España. Igualmente, su recorrido por las capitales musicales del mundo ha sido fulgurante. Todo un lujo poder apreciar en Coruña casi en primicia este excitante redescubrimiento.

A la luz de lo escuchado en un afortunadamente remozado Palacio de la Ópera estamos ante una recuperación más que justificada. Se trata de una obra que a pesar de la juventud de su autor y de tratarse de un homenaje póstumo a su profesor Rimsky-Korsakov, mira abiertamente hacia el futuro. Dima, en plena sintonía con sus músicos, supo realzar a la perfección los hallazgos tímbricos y armónicos de la breve partitura. No en vano el director ruso-finlandés lleva grabado en su ADN la música de su país natal. Sus siempre exitosas interpretaciones de Scriabin, Tchaikovsky, Mussorgsky, Liadov, etc. así lo atestiguan.

Su mayor acierto fue la forma en que abordó esta peculiar marcha, aminorando justamente su aspecto marcial y, en sintonía con su título, confiriéndole un evocador carácter cantable. Las distintas secciones de la orquesta respondieron a la perfección a dicha idea. Los metales, excelsos protagonistas de toda la noche, brillaron en su registro más intimista en su modernista diálogo con los impetuosos tremolos de la cuerda. Pero igualmente deslumbraron las maderas en su canto que, en palabras del propio Stravinsky, era una representación de la forma en que cada instrumento depositaba su corona ante el féretro del maestro. Hubo un único momento problemático: el noble solo de trompa al inicio de la obra. Interpretado magistralmente -a pesar de su inmensa dificultad- la dinámica fue tan extrema que resultó difícilmente audible en la mayor parte de la vasta sala coruñesa.

Y en la segunda parte una nueva entrega mahleriana de Dima: Tras Sexta, Tercera, Das Lied von der Erde ¡la Segunda!

En los últimos tiempos es de lo más habitual que directores jóvenes, embarcados en sus meteóricas carreras, se lancen a dirigir y grabar las sinfonías mahlerianas con una facilidad pasmosa. Por supuesto, en la actualidad el elevado nivel técnico de las orquestas y de los propios directores, así como el hecho de que las sinfonías de Mahler ya son parte del gran repertorio, avalan esta tendencia, pero no cabe duda de que sinfonías como la Segunda, constituyen un viaje épico, repleto de interrogantes y dilemas, no sólo interpretativos, sino también filosóficos y humanísticos, que exigen un proceso de maduración e interiorización por parte del director… salvo que éste se conforme con ofrecer un Mahler tan correcto como rutinario.

Este no es el caso de Slobodeniouk quien -ya en su quinta temporada como director titular de la OSG- nos ha ofrecido a cuentagotas la música de Mahler. Sólo tres interpretaciones previas, dos de ellas no en temporada sino en gira. Cada interpretación mahleriana ha sido meditada y madurada a lo largo tiempo, casi con el fervor de un anacoreta entregado al estudio de las Sagradas Escrituras. Como no podía ser menos el resultado musical impacta por su coherencia y honestidad. De hechos estos son los rasgos que definen al Mahler de Slobodeniouk: interpretaciones construidas desde el máximo respeto a la partitura, en las que el director aparca sus filias y sus fobias –algo realmente complicado en Mahler-, sus impulsos retóricos y grandilocuentes, para ofrecer un Mahler sincero y objetivo, pero a la vez tremendamente cercano e idiomático. Evidentemente se trata de una música susceptible de enfoques tan diversos, que nunca habrá un Mahler para gusto de todos, pero para aquellos amantes de la música del compositor austríaco que no van a una sala de conciertos a escuchar su Mahler favorito –en muchos casos el fruto de grabaciones discográficas con la distorsión de la realidad que estas representan- sino a enriquecer su conocimiento abriéndose a nuevas experiencias y planteamientos interpretativos, el Mahler de Slobodeniouk constituye un regalo para los sentidos.

Es mucho y bueno lo que se podría escribir de esta interpretación de la Resurrección. En parte ya está dicho. Un Mahler carente de retórica, afectación y auto-indulgencia, lleva implícito una austeridad de expresión y tiempos uniformemente vivos. Un Mahler así, sólo puede ser llevado a cabo con éxito cuando existe una orquesta en estado de gracia y perfecta sintonía con su director, una orquesta que extraiga lo máximo de cada nota, sin recurrir a aditamentos ni rubatos exagerados, ni exhibicionistas Luftpauses o hiper-expansivos clímax. El resultado de este abordaje fue precisamente la virtud que el Mahler director de orquesta siempre puso por encima de cualquier otra: la claridad. Disfrutamos por tanto de una interpretación diáfana, pero a la vez llena de carácter y energía.

Ya desde el comienzo de la obra el unísono de la cuerda grave y el posterior crescendo que conduce al primer clímax en manos de trombones y tuba, deslumbró por la intensidad de su expresión ¡enormemente favorecida por la mayor reverberación que la sala coruñesa ha ganado tras su reforma! A esta energía Slobodeniouk contrapuso una sutilísima y serena Pastoral en la que sin la necesidad de enlentecer el tiempo al límite generó un inquietante contraste. Desde este momento hasta la llegada del clímax central del movimiento -el descomunal Pesante que precede a la recapitulación- Slobodeniouk dio una clase magistral de dirección en infinidad de pequeños detalles. Por ejemplo, la forma en que en el pasaje en el que las cuerdas –con los violines acertadamente colocados de forma antifonal- golpean con sus arcos los instrumentos, Slobodeniouk no cae en el habitual retardando con el que se traduce la indicación nicht eilen. La imponente resolución del Pesante fue de una fuerza y una claridad modélica.

Una lapidaria escala descendente dio paso a los tres movimientos centrales. Estos disfrutaron de la misma coherencia estilística. Ausencia de sentimentalismo en el Andante y de una grotesca caracterización en el Scherzo -con un vertiginoso y atípico clímax- y una inefable pureza en el Urlicht. Es digna de ser realzada la interpretación de la sección final del Andante en la que Slobodeniouk supo caracterizar uno de los momentos más radiantes de toda la música de Mahler con una proverbial sensualidad. El Urlicht contó con la cálida voz de Okka von der Damerau quien además supo caracterizar a la perfección la ingenuidad que el texto requiere. Le arroparon unos sutiles metales y un hermosísimo solo de oboe, de la mano del principal de la OSG, Casey Hill.

En el final hubo igualmente una exhibición de aciertos por parte de Slobodeniouk. Por ejemplo, la forma en que consiguió que la sucesión de apocalípticas escenas en ningún momento resultase episódica. Una arrolladora Marcha de los muertos, construida con una limpieza nunca antes escuchada en el Palacio de la Ópera, dio paso a “La gran llamada” en la que los conjuntos fuera del escenario rozaron la perfección en su expuesto papel. Como ya es habitual en las últimas temporadas, el Coro de la Sinfónica actuó en solitario, pero su aportación fue decisiva desplegando la máxima energía y una afinación impecable. Debo añadir en esta ocasión un balance ideal entre todas las cuerdas que lo componen. Me impresionó el color de los bajos en su entrada en el Auferstehen, pero igualmente la forma en que respondió a la instrucción mahleriana «mit höchster Kraft». Toneladas de energía y entusiasmo en un coro que nunca me cansaré de alabar.

La soprano Marta Mathéu empastó a la perfección aportando dramatismo y lirismo. Estuvo sin embargo algo más comedida la mezzo. Y como regalo final Slobodeniouk dio vida a una sorprendente coda orquestal rebosante de serenidad y misticismo. Una soberbia conclusión a una inolvidable velada.

Añado una tabla de tiempos para comparar la interpretación de Slobodeniouk con la de otros directores seleccionados entre el centenar de versiones disponibles de la obra. Evidentemente una versión vertiginosa, pero que sin embargo nunca transmitió una sensación de precipitación.

Vídeo-entrevista a Dima Slobodeniouk: «Sobre Stravinsky, Mahler y otras cuestiones»

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Crítica de Julio Andrade Malde en La Opinión

http://www.laopinioncoruna.es/coruna/2017/10/09/ayer-hoy/1224424.html


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Crítica de Julián Carrillo en El País

https://elpais.com/ccaa/2017/10/08/galicia/1507497094_423344.html


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Crítica de Julia María Dopico Vale en Diario de Ferrol

http://www.diariodeferrol.com/opinion/julia-m-dopico-vale/mas-estrenos/20171008001032204814.html


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Crítica de Kolo Doeckers al concierto en Vigo en Codalario

https://www.codalario.com/dima-slobodeniouk/criticas/critica-dima-slobodeniouk-dirige-la-segunda-sinfonia-de-mahler-al-frente-de-la-sinfonica-de-galicia_6069_5_18107_0_1_in.html


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Crítica de Paco Yáñez en Mundoclásico

https://www.mundoclasico.com/ed3/documentos/30073/Resurreccion-catabasis


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Reseña de Pablo Sánchez Quinteiro en Bachtrack

https://bachtrack.com/es_ES/critica-coruna-palacio-de-la-opera-segunda-de-mahler-slobodeniouk-sinfonica-de-galicia-october-2017


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4 Respuestas a “TRIUNFAL ARRANQUE DE LA TEMPORADA 2017-18

  1. Un Mahler antiretórico y depurado, que nos ha gustado mucho más que otros más recargados de elementos teatrales.
    Lo que fue algo no necesariamente inevitable es que en la obra de Stravinsky, al principio de la obra, cuando la trompa en pianísimo enuncia el tema principal, justo en ese momento, no cinco segundos antes o después, no, se oyó una magnífica tos, a toda potencia, que, por lo menos desde donde yo estaba ,tapó completamente el tema.
    Por cierto que un vistazo a la programación de este año permite comprobar que hay algún concierto de la OSG que sólo se hace fuera de Coruña ( uno con dos conciertos para piano de Mozart y una obra pequeña de Arvo Part.)

  2. Gracias por tus impresiones ¡y tu queja sobre las toses! Es increíble la falta de tacto de mucha gente.

    El concierto con la obra de Pärt no lo tengo localizado ¿Nos das alguna pista?

  3. 10/5/18. Teatro A fundación Vigo. Part: Collage uber Bach. Es una obra corta, que se hace entre dos conciertos para piano de Mozart, con el solista que ya grabó un disco con la OSG, no se con esos conciertos de Mozart o con otros. Es un concierto que se hace solo en Vigo, no se repite en Coruña.

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